Si bien las cuarentenas no fueron generadoras de nuevas tecnologías en la cadena logística per se, sí resultaron un disparador efectivo para que muchas empresas intensificaran su uso con el fin de mejorar el desempeño operativo.
Esto está impulsando fuertemente la tecnología llamada de Internet de las Cosas como nunca antes, lo cual, junto con la aplicación de Inteligencia Artificial de manera creciente, está dando lugar a lo que hoy se denomina «Logística 4.0», basada en la georreferenciación y explotación de datos como herramientas básica de gestión.
Esta nueva realidad no debería resultar indiferente al mercado asegurador, que bien podría aprovecharla a su favor, tanto para el desarrollo de nuevos productos como para mejorar la gestión de los riesgos.
Sin embargo, observamos que la industria aseguradora viene algo rezagada en este campo y, particularmente en el seguro de transportes, a nuestro juicio, no se están generando aún servicios tecnológicamente innovadores; de hecho se observa que la oferta tecnológica está siendo subutilizada incluso para su aplicación más difundida en la prevención del robo de carga.
Se podría decir, parafraseando un término actual, que en seguros recién se está transitando en tecnología la “fase 1”, que es el uso mediamente productivo del GPS .
Una nueva oportunidad
Paradójicamente, en momentos en que existe un convencimiento general, según el cual los aseguradores deben transformarse para proveer servicios de prevención y asistencia, dejando en segundo plano su rol compensatorio tradicional, el seguro de transportes, cultor destacado desde su origen de este concepto, ha visto disminuido notablemente ese rol en las últimas décadas.
La aparición del contenedor que modernizó y estandarizó los medio de transporte y de carga, la sofisticación de los transportistas reconvertidos en operadores logísticos, entre otros avances en materia de envases y embalajes, han llevado a un drástica reducción de la frecuencia siniestral que derivó en que la asistencia profesional que el mercado demandaba se haya ido reduciendo de manera significativa.
Atrás quedaron los tiempos donde el contacto con el cliente era fluído y permanente, desde el seguro se asesoraba a los clientes sobre infraestructura portuaria, acondicionamiento de carga, se hacían controles de carga y descarga y se requería su asesoramiento para la correcta tramitación de los reclamos, en definitiva, el Asegurador era percibido por este tipo de aportes como un valioso socio de negocios.
En Latinoamérica al menos, ese rol profesional de asesor en prevención quedó limitado principalmente a la problemática de robo de carga en transporte terrestre, flagelo que no deja de crecer y preocupar.
La buena noticia es que hoy, la variedad y potencialidad de las nuevas tecnologías pueden convertirse en un potente impulsor para desarrollar nuevos productos y servicio innovadores que le devuelvan al seguro de transportes su rol protagónico y extenderlos más allá de la problemática del robo como único objetivo.
Ahora bien, para que éstas iniciativas disruptivas se materialicen, se requiere, además de la actitud creativa, un conocimiento y entendimiento profundo de cómo funcionan, qué aplicaciones tienen, cómo utilizar estas nuevas tecnologías de la manera adecuada y no dejarse encandilar para no caer en errores de apreciación, como ocurrió en su momento con la irrupción del GPS.
Nos referimos a que el mercado de seguros se apresuró a identificarlo como la piedra angular para resolver el problema del robo de carga, promoviendo su utilización en reemplazo de los servicios de escolta armada que resultaban (y aún hoy resultan) muy onerosos.
A pesar de las voces de advertencia, muchos suscriptores asumieron erróneamente que por el hecho de contar con visibilidad y algún sensor que alertara sobre apertura de puerta o a través de un botón de pánico, se iba a poder prescindir de las escoltas, cosa que lejos resulto de ser cierta.
Aunque resulte algo impertinente en un artículo sobre tecnología, no podemos desconocer que, cuando hablamos de carga de alto valor y riesgo, el recurso de prevención principal es la custodia física.
Los dispositivos tecnológicos son un complemento imprescindible en estos casos y pueden ser muy efectivos, para carga de valores medios o bajos, siempre que se los utilice correctamente.
Lo cierto es que hoy, 20 años después, la subutilización del GPS y todos sus accesorios complementarios sigue siendo algo muy común en Latinoamérica.
Van algunos ejemplos:
¿De qué sirve un botón de pánico si los choferes se niegan a usarlo y de hecho su uso es prácticamente nulo?
Hay pólizas que solo se exigen este accesorio.
¿De qué sirve un equipo de GPS si no se puede accionar el paro del motor?
Este accesorio es clave para impedir la consumación del robo pero no siempre se los menciona en póliza.
¿De qué sirve que exijamos el uso de GPS sin sensores de apertura de puerta del conductor o de la caja de carga?
De poco o nada y, en algunos países, no son mencionados dentro de las exigencias póliza.
¿De qué sirve un sensor de apertura de puertas si no tengo preestablecido donde se pueden abrir?
En los países donde si se exigen, es común que no se obligue a definir los lugares habilitados, lo cual torna inútil el uso de estos sensores.
¿De qué sirve tener visibilidad de la ruta si no la tengo preestablecida?
De nada sirve ver por donde circula un camión sin saber si está siguiendo o no la ruta asignada, ni están pre definidas las paradas autorizadas para si recibir alertas de desvíos en tiempo real,
¿De qué sirve un sistema de GPS, sin un monitoreo activo del viaje?
Desde su aparición se ha instalado en muchos casos la falsa creencia de que alguien está siguiendo los camiones en un mapa, cuando en realidad el servicio usual es actuar ex post a partir de la denuncia de robo. Eficaz en un alto porcentaje para recuperar el vehículo, prácticamente inútil para el recupero de la mercadería.
¿De qué sirve u sistema de GPS si no permite detectar de manera temprana cualquier anomalía?
Un monitoreo activo desalienta la posibilidad de robo y permite detectarlo dentro de los primeros minutos, lo que aumenta considerablemente la posibilidad de abortarlo. La experiencia indica que las posibilidades de recupero aumenta de manera inversamente proporcional a la cantidad de tiempo que se demora en detectarlo.
Visibilidad, el futuro de la Logística
Ahora que ya estamos entrenados en el uso correcto de la tecnología de base, podemos profundizar en los nuevos desarrollos y sus posibles aplicaciones para generación de nuevos productos y servicios de valor agregado.
Si tuviéramos que resumir todo el potencial de las nuevas tecnológicas en un concepto simple y accesible para cualquiera, bastaría con hablar de Visibilidad Logística en tiempo real.
En efecto, lo nuevo y revolucionario que está sucediendo es que podemos acceder en tiempo real a prácticamente todas las variables que nos interesen sobre el estado de la carga durante el transporte.
La revolución de las etiquetas
Las etiquetas que alertan sobre cambios de temperatura, impactos o inclinaciones inconvenientes son antiguas aliadas para la prevención de estas situaciones, están próximas a cumplir 40 años. Básicamente su aporte es el de cambiar de color cuando alguna de estas situaciones se produce durante el transporte, desalentando el mal trato al dejar en evidencia al responsable.
Claro que el problema recién era detectable al final del viaje.
Hoy, estas etiquetas “analógicas”, siguen haciendo su aporte, pero ahora ofrecen una versión “digital” que advierte de los desvíos en tiempo real, lo cual permite tomar acciones proactivas para prevenir mayores daños, como así también anticipar medidas de reparación o reposición en un contexto de hiper just in time.
No solo eso, la revolución de las etiquetas va a permitir el desarrollo de nuevos productos de seguros “paramétricos”, basados en los datos trasmitidos, sin necesidad de hacer verificaciones físicas para procesar los pagos.
Apps para seguridad física y vial
La oferta de diversas aplicaciones mobiles no se detiene.
Hoy podemos utilizar el celular del conductor como un elemento más de las medidas de prevención de robo, integrándolo con el GPS del camión y otros dispositivos de rastreo si los hubiere, conformando un lazo electrónico que de verse afectado nos enviaría una señal de alarma.
También ofrecen la posibilidad de medir y mejorar el comportamiento de manejo del conductor, tema clave para la prevención de accidentes.
Sumado a estas prestaciones de valor agregado para la prevención, las nuevas aplicaciones proveen múltiples beneficios para la gestión logística.
Cámaras inteligentes
Aquí también se observa una revolución, combinando los avances en los sistemas de transmisión de datos con algoritmos inteligentes que identifican comportamientos inapropiados del conductor o señales de fatiga que se pueden visualizar en tiempo real.
También registran y graban cualquier tipo de accidente lo cual es sumamente valioso a la hora de delimitar responsabilidades.
Como se puede apreciar, estos avances nos permiten mejorar la seguridad física y vial al mismo tiempo, lo cual comienza a hacer más borrosa la frontera entre la póliza del camión y la de la mercadería. (Un tema que seguramente da para otro artículo)
Validación de Identidad
¿Quién se presenta a cargar en el Puerto o en un depósito es quien dice ser? ¿La documentación del conductor y del camión está al día y cumple con las normas corporativas?
Todos estos interrogantes y algunos más pueden ser validados en tiempo real utilizando las nuevas herramientas de “on boarding” creadas para la industria financiera que, a través de inteligencia artificial, permite validar identidad y veracidad de permiso de conducir, documentación del camión, etc.
Estos son solo unos pocos ejemplos del set disponibles de herramientas para mejorar la gestión de los riesgos y crear nuevos productos y servicios de manera innovadora y sustentable.
Su pleno aprovechamiento va a demandar a los suscriptores del futuro ampliar su bagaje de conocimientos, incorporando saberes no convencionales, más orientados a la ciencia de datos y la tecnología logística.
Pero para comprender mejor este punto, sugerimos enfáticamente leer el excelente artículo de Axel Trauttenmiller sobre el Suscriptor del Futuro, publicado en el número anterior de la Revista de Alsum.
Axel describe allí con gran claridad el potencial que nos ofrecen las nuevas tecnologías, pone el acento y detalla de manera precisa cuales deberían ser las habilidades que se deben incorporar para llevar al seguro de transportes a su versión 4.0.
Las nuevas tecnologías nos abren las puertas a un nuevo mundo, en el que seguro de transportes tiene la oportunidad de recuperar su rol protagónico, si este articulo sirvió para movilizar nuevas ideas y despertar el interés de los lectores, habremos cumplido el objetivo.