Brecha de aseguramiento en el transporte de mercancías

La siniestralidad que el mercado no ve (o no puede ver) que podría impulsar exponencialmente el seguro de carga.

 

Desde el Comité de Carga de Alsum, nos hemos propuesto desarrollar para este 2023 una serie de ejes temáticos orientados a proponer contenidos que agreguen valor al mercado asegurador y a la promoción del seguro de transportes de mercancías.

Entre ellos se destaca el de Brecha de Aseguramiento o dicho de manera mas directa, proponer ideas e impulsar discusiones para aumentar (recuperar diría yo) el protagonismo del seguro como actor relevante de la logística actual y generar mayores volúmenes de primas.

Ante de adentrarme en desarrollar lo que considero podría ser un aporte a esta discusión, me permito aclarar que no desconozco ni subestimo en absoluto la lógica técnica que le da sentido a la fijación de franquicias y deducibles, como asi tampoco al principio básico de la técnica aseguradora que establece que solo se aseguran riesgos y no certezas.

Pero sucede que hay una enorme siniestralidad frecuencial debajo del radar asegurador que, visualizada desde una perspectiva de gestión de riesgos, podría engrosar de manera muy significativas las primas de seguros de carga, tal como veremos seguidamente con un ejemplo concreto: el transporte y distribución de electrodomésticos.

El mercado global de electrodomésticos superará este año, los 600.000 millones de dólares y de acuerdo a consultoras especializadas y a nuestras propias indagaciones se estima que el 2% de los productos llegan con daños a las grandes tiendas, lo que representa una pérdida directa de aproximadamente usd 12.000 millones anuales y una indirecta que eleva de entre dos y tres veces esa cifra, es decir entre usd 24 y 36.000 millones. (Dejo al lector el calculo de la prima potencial de la que estamos hablando).

No estamos hablando aquí de la siniestralidad habitualmente asegurada de perdidas por robos o accidente del medio transportador, sino de perdidas frecuenciales que rara vez tienen algún tipo de cobertura.

Ahora bien, ¿Cómo podríamos convertir esta siniestralidad en una cobertura que atraiga esos miles de millones de dólares al mercado de seguro?

Lo primero que tenemos que saber para dar respuesta efectiva a este interrogante es que hoy existen dispositivos que nos permiten identificar con gran precisión ubicación e intensidad de los impactos que sufren las mercancías durante su transporte y distribución. Osea que, conociendo a priori la fuerza de impacto potencialmente dañina, en caso de un siniestro con esta tecnología podríamos identificar donde, como y cuando se produjo una avería.

En base a nuestra experiencia , basada en pruebas empíricas, hemos podido comprobar que cuando se trata de electrodomésticos de tamaño medio a grande, la aceleración o frenado brusco del medio transportador, especialmente en trayectos con geografías sinuosas, es la causa principal de averías seguido por la falta de cuidado en la manipulación de las productos.

La buena noticias es que gracias al costo decreciente de dispositivos y aplicaciones tecnológicas, con una inversión razonable, se puede monitorear el comportamiento vial y las buenas prácticas de manipulación de la carga, y asi poder desarrollar programas de prevención de perdidas sumamente efectivos.

La experiencia indica que poner bajo supervisión a todos los actores de la cadena logística, modifica sus comportamientos lo que se traduce en una significativa reducción de la siniestralidad.

Este punto es la clave para entender por que el seguro tiene un rol que cumplir, que consiste en aplicar su know-how en la gestión de riesgos para reducir la siniestralidad generando el espacio para obtener un beneficio por ello.

Este es solo un ejemplo, pero hay más, como las pérdidas multimillonarias provocadas por las operaciones logísticas del e-commerce (se estima que 15% de los productos son devueltos por daños) o las derivadas de la falta de control de la cadena de frio.

Seguramente al lector, luego de leer este artículo se le ocurran algunos ejemplos más.

Se ha escrito mucho acerca de que para lograr una mayor penetración, el seguro debería aumentar la frecuencia de contacto con el asegurado y para ello migrar hacia un modelo de prestador de servicios, en lugar de aparecer solo ocasionalmente ante un siniestro. Ello se ha venido desarrollando muy bien en las coberturas de hogar y automotores, las cuales incluyen una amplia y muy valorada variedad de prestaciones mas allá de la compensación, pero prácticamente no existe en el seguro de carga, a excepción de grandes riesgos o cargas proyecto donde el asegurador suele tener una participación más activa.

Tiene su lógica que la frecuencia no resulte atractiva para los aseguradores y por lo tanto la respuesta sea la fijación de deducibles elevados, pero la consecuencia es que se desatiende al cliente donde más nos necesita, máxime con los cambios profundos que se vienen produciendo en el mundo de la logística.

Este abordaje más comprometido con el riesgo, no solo sería una fuente significativa de nuevos ingresos para el mercado asegurador sino que además contribuiría a fortalecer y mejorar la imagen del seguro como un aliado que aporta soluciones de alto valor agregado.

Ahora bien ¿Quién del ecosistema asegurador debería ser el actor principal, el que debería encender el motor del cambio?

Creo que aquí vamos a coincidir en que el rol protagónico lo tiene el intermediario (Bróker, Productor o Agente) ya que es el profesional que esta en contacto directo con el cliente y el que tiene el rol fundamental de asesorarlo para la mejor gestión y transferencia del riesgo.

No tengo dudas de que el buen suscriptor, con la información adecuada, verá en esta combinación de seguros con risk management, una buena oportunidad para hacer crecer el seguro carga de manera sustentable.

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